CRÓNICA Mandrilada 2005/2006

Así fue la noche más recordada del año 2005

La crónica de esta mágica noche nos deja a un pequeño grupo de supervivientes escuchando “bacalao” y bebiendo garrafón de madrugada a las tantas de la idem.
La historia comenzó en torno a las 21:30 de la noche. Alvarito y Manolito habían quedado con antelación –un día antes- para comprar los elementos subversivos que dan sentido a nuestra especie en estas noches de invierno: Gorros, pitos, canastas, serpentinas, y otros elementos decorativos. Mención especial reciben los pequeños mandrilitos que ceñidos a nuestra muñeca llevamos a lo largo de la noche, pese a que siempre hay alguno que lo pierde, y gracias a otros borrachuzos, lo encuentra en el Santana. Eso sí, en muñeca ajena, por lo que casi creamos un conflicto internacional. El comité avisa que estudiará entrar de oficio y sancionar al infractor. Ah!!, era Álvaro.
Mención especial reciben igualmente los útiles que conmemoran la ampliación de nuestra especie: Pequeños muñecos para los padres mandriles de los ya natos mandrilitos/as, Martín Mesa y Jiménez; y pequeños chupetes para los mandrilitos que aún están por venir, Mata y Manuel. Exclusiva Mandril (Exclusive Baboon News): El mandrilito Matarranz se llamará Ignacio, Nacho o como ellos quieran.

“El Sitio” fue el escenario de la noche mandril. El Sitio, es el sitio, no es un sitio cualquiera, y no es un Bar-Rte al uso, sino uno que hay en la Travesía del Patín, entrada por Infanta Isabel, otrora bautizada por el mandrilismo como Calle Juan Manuel Serrat.
El codillo fue elegido por la mayoría. Por su buen sabor, condimentación, y ¡qué cojones!! porque llena que te cagas y así te deja protegido para tomar las copas de la noche. A partir de este momento, el codillo pasa a ser considerado como un manjar mandril y por tanto merecedor de la adoración que procede en estos casos.
Después de una copita en el postpostre y el reparto de enseres, la manada se trasladó a la Plaza Mayor donde jugó al baloncesto, “añordó” en el templete y se tomó un refrigerio en el TAV Corneta.

“La gran cagada” podría ser uno de los titulares de la noche. Distintos excrementos supuestamente perrunos aparecieron en las calles a lo largo de la noche, un bote-spray del Carrefour y unos trocitos de cleanex fueron los que tiñeron de marrón cuantas puertas encontramos a nuestro paso. Foto aparte, el templete de la Mayor Place.
La Pista de Hielo fue objeto de nuestras críticas, no obstante el frágil cuerpo mandril no aguanta esas temperaturas. Lo más frío que resistimos son los hielos que quitan algo de sabor a la cocacola que estropea nuestros cubatas. Allí vimos a Josito. Ese tierno rapaz que echó setenta o no se cuántos kilos de sal a la pista dejándola inutilizada durante un par de días. Un monstruo.
Como es tradición visitamos el Santana, allí cayeron unas cuantas, lugar donde encontramos a insignes personajes del diverso área cultural y sociológico local, y nos marchamos a tomar la última a un lugar horrendo que debemos olvidar marcado por el garrafón y la música ensordecedora. (Por cierto nos lo recomendó Josito. Así se le congele un kinder en la pista).

UNO A UNO

Fierro no perdió la oportunidad de defender con vehemencia la patria vasca. No contento con la chapa euskaldun que nos dio, se atrevió a defender la hipótesis que coloca al Athletic como un equipo de fútbol.
La carta del menú no estaba a su gusto. No por los contenidos gastronómicos, sino porque el texto figuraba en todos los idiomas del Estado Español a excepción del Euskaltel Euskadi. Por tanto, nos dio la cena. Jugando al baloncesto es malo de narices, eso sí, en su defensa hay que alegar que supo arreglar los desperfectos sufridos en la canasta. Todo un ingeniero.

Martín Mesa dio la talla. Aguantó hasta el final, cosa que le honra como todos los años, pero fue eliminado en el último sprint cuando Matarranz, Jiménez y Gómez escuchaban música bacalao en un antro de cojones pataleados. No obstante fue el único que junto con Jiménez se tomó la última copa de la noche. De fútbol pudimos comprobar que sigue viviendo en el engaño, su colchonerismo nos demostró un año más que hasta que no se haga del Barça no disfrutará realmente con este deporte, y que el Calderón no le deja ver la luz, y si no que se lo pregunten a Manolo que vive por allí y está deseando que lo conviertan en un parque. En cualquier caso este año ha aprobado, raspao …pero aprobado.

Matarranz estuvo bien, algo despistado pero bien. Pasaron unas buenas mozas por delante de sus ojos sin existir reacción alguna. No creemos que sea maricón, pero sus instintos están perdiendo condiciones pese a que, para marzo, espere un mandrilito. Sigue siendo gracioso y entrañable. Y sigue bebiendo en vaso a pesar de que la democracia no esté reñida con la educación. En su defensa hay que reseñar que siga teniendo espíritu mandril y acuda a las citas, a pesar de que su aburguesamiento es cada día más patente y preocupante. Un año más defendió su particular tesis doctoral: “El fútbol es injusto con la Sego IX”. A la pregunta, la respuesta es NO. No le ha crecido más pelo y todavía sigue teniendo la misma barriga cervecera.

Gómez sigue bien, fue de los más activos, sigue marcando las diferencias, no sabemos en qué sentido pero sigue marcando las diferencias. No sabemos si para bien o para mal, pero sigue marcando las diferencias. Ese es el problema, o la virtud, es diferente. Fue nuestro guía espiritual. Él solito fue el autor del himno 2005, guiado –creemos- por un sentimiento lascivo hacia la figura de Shakira y no por sus conocimientos musicales. Miembro de los Comités Jurisdiccionales Mandriles, sigue bebiendo bien aunque siempre, siempre, siempre, falle en el último envite, ese en el que también falla Matarranz pidiéndose un botellín de agua en el último garito. Afortunadamente Martín Mesa y Jiménez velaron por la imagen de la especie.

Manolo ha perdido muchas facultades. Si antes presumía de ser uno de lo animadores de la noche e ideólogo de grandes gestas y hazañas como el derribo de la señal de zona infantil, ahora se ha convertido en un Señor que sigue participando en las grandes pruebas pero sin terminar el recorrido. Vamos que corre Le Tour de France pero se caga en el Tourmalet, o lo que es lo mismo, juega en la Champions pero palma en la primera liguilla, o como buen español se clasifica por los pelos para el mundial y no pasa de cuartos. Pero en fin, sabemos que ser padre le hará reflexionar, y esperemos que para la próxima edición enmiende sus errores y aguante un poco más, …y no se deje el teléfono en el coche, a saber qué estaría haciendo.

Kamarero sigue siendo el ojo que todo lo ve, hasta que se queda sin luz claro!!!. Está por ver su capacidad de aguante, no en cuanto al alcohol o cuánto alcohol bebe, sino en cuanto a cuánto podría llegar a resistir una noche de copas. El Comité Mandril no comprende como viviendo en la “calle de los bares” no los dedica más tiempo. Es algo que nos parece inaudito, un insulto y un atropello hacia los pobres hosteleros a los que todos debemos sustentar con nuestro consumo nocturno. Sólo le salva que gracias a él podemos luego recordar estos momentos, aunque alguno prefiera más bien olvidarlos.

Jiménez está en forma. Este año ha procreado y aguantó como el que más hasta el final de la noche. Bien en consumo, tuvo una media razonable; aceleración de cero a cien en un pispás, aunque el airbag ya se va formando; cumplió los objetivos, fue el primero en agarrar un vaso y el último en soltarlo; sus chistes fueron brillantes y su look acorde a la noche, elegante como siempre. Pocas pegas se le pueden sacar, salvo que rompiera la canasta.

Las ausencias fueron comentadas en la noche. Deben saber los que no vinieron que fueron objeto de las críticas burlonas del resto de la manada. Sus defectos salieron a la luz y se sacaron todos los trapos sucios que nuestra privilegiada memoria fue capaz de recordar.

Guillermo tenía la excusa de tener que trabajar al día siguiente, como si todos no supiéramos que nunca ha pegado chapa alguna, que vive del cuento y que manga bolis y estampitas de la librería que luego revende en los parques infantiles.

De Perela poco se puede decir. Este impresentable (no se presentó, por tanto es un impresentable) no respondió a las llamadas realizadas y lo que es peor, a sabiendas de que la fecha se acercaba, no se preocupó por interesarse lo más mínimo. Si quiere volver deberá pagar una ronda, en caso contrario que se vaya a hacer botellón con Polanco.
Pacheco sí es un marqués. Sus ausencias preocupan al colectivo ya que creemos que ha perdido sus instintos. A este punto va a quedar para jugar al parchís con el Fari, si es que sabe claro, …el Fari por supuesto, porque Pacheco, sabemos todos que se come una y se cuenta veinte.
Del resto que alguna vez han sido partícipes del mandrilismo no vamos a hacer comentarios esta vez. Esperamos que reflexionen y expíen sus culpas a San Mandril bendito.